A lo largo de los años se nos ha enseñado que alcanzar ciertas metas, como tener un auto de lujo, una casa de ensueño, una gran cantidad de dinero, una familia o el éxito en una carrera específica, nos llevará a la felicidad. Cuando sea grande, cuando me vea mas joven, cuando baje de peso, cuando consiga aquel trabajo, etc.
Sin embargo, después de muchos años de reflexión, he llegado a entender que este patrón de pensamiento occidental tradicional está bien lejos de llevar a la felicidad.
La Torá nos dice que debemos “ir hacia nosotros mismos” a través del camino de avanzar en la vida (LEJ LEJA), por lo tanto, es muy importante tener metas y trabajar para lograrlas; sin embargo, no las haremos -para- alcanzar la felicidad, sino por una motivación más profunda.
El problema no está en perseguir tus metas, sino en creer que la felicidad está en el resultado que quieres conseguir al final de lograrlas.
Muchos enseñan sobre la importancia de disfrutar del camino y eso es crítico, pero hay algo más.
Tú quieres ser feliz, sin depender de tus resultados, o de lo que la sociedad piense de ti, o de la nota que has obtenido en un examen o entrevista laboral.
¿Cómo podemos tener el control sobre nuestra felicidad, aquí y ahora, y sin depender de los resultados o los factores externos?
Hay un fantástico dicho de nuestros sabios del Talmud que dice así: “Todo aquel que persigue el honor, este se escapa de él…” y aquel que se escapa del honor, es perseguido por este.
¿Qué nos quieren enseñar los sabios con esta expresión?
Cuando dices “cuando logre tal cosa seré feliz”… estás declarando y atestiguando sobre ti mismo que hasta tanto ese resultado no ocurra, no serás meritorio de esta felicidad. El segundo problema aquí es que nosotros tenemos el control sobre nuestras acciones, pero no sobre los resultados! Y no solo eso, sino que siempre vamos a tener nuevas metas y aspiraciones que cumplir! ¿Entonces nunca seremos felices realmente?
Aquí es la clave:
Escápate de la persecución por la alegría en el resultado de tus metas y ella te perseguirá a ti
Concentrate en el proceso, en el camino, en los pasos que debes tomar para llegar a tus resultados, en tu esfuerzo, en el aquí y ahora.
Persigue tus metas, no para ser feliz, sino porque es parte de tu misión aquí en el mundo, para eso has sido elegido, tienes un propósito que te trasciende.
Siguiendo estos pasos y meditando sobre la esencia que mora en ti, aquella que ya es perfecta antes de lograr cualquier objetivo, solo por el echo de “vivir”, lograrás correr al ego del centro y revelar tu verdadera fuerza interior y con ella la verdadera felicidad.
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